"Los miedos" no son los que deberían dictar nuestras decisiones, éstos pueden ser paralizantes o por lo menos obstaculizan nuestro desarrollo.
Van toman distintas formas, y se manifiestan en angustia, en ansiedad, en culpa o en depresión pasando por diferentes etapas.
En el adolescente surgen desde su identidad, miedo al rechazo o problemas de aceptación, en su desarrollo psicosexual, en sus relaciones personales, de pareja e incluso en su socialización.
Los miedos se disfrazan de "violencia", "intolerancia", "impulsividad", "sometimiento" y "fragilidad".
El miedo también toma forma de juez.
Rechaza y te asusta de aquello que represente una amenaza o diferencia, como la homosexualidad, las parafilias o aquellas fatasías y deseos sexuales, que no sabes como manejar o llevar a cabo.
En la pareja, el miedo viene de ambos lados y se expresa desde su género, educación, costumbres, ideales rotos, falta de comunicación o por elecciones fallidas, dónde tu pareja suele ser el malo del cuento o el causante de tu dolor.
¡Para trabajar en ello y fortalecer tu autoestima y tus relaciones!